El Girasol es el símbolo del Sol. Gracias a sus propiedades alimentarias es una de las plantas más cultivadas en todo el mundo. Y es considerada una planta anual: germina, florece y muere en el transcurso de un año, siendo capaz de crecer hasta los 3 metros de altura si se dan las condiciones adecuadas de cultivo.
Cómo cuidar el Girasol
Luz directa: los girasoles necesitan mucha luz solar para crecer fuertes y saludables. Asegúrate de ubicar la maceta en un lugar soleado donde reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día.
Riego moderado: regularmente cuando están en maceta, pero no los satures con demasiada agua. Mantén el suelo húmedo pero no encharcado, ya que los girasoles no toleran el exceso de agua.
Temperatura: ideal entre 20-25ºC durante el día y entre 15-18 grados durante la noche. Durante la etapa de crecimiento, los girasoles prefieren temperaturas cálidas y soleadas. Si la temperatura es demasiado fría, el crecimiento de la planta puede retrasarse o incluso detenerse.
Sustrato: sustrato universal rico en nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio) y materia orgánica.
Fertilizar: puedes fertilizar tus girasoles en macetas cada 2 o 3 semanas con un fertilizante líquido para plantas. Asegúrate de seguir las instrucciones en la etiqueta del producto y no sobrefertilizar.
Tip: los girasoles pueden crecer bastante alto y necesitarán soporte para mantenerse erguidos.
Floración: todo el verano y principios de otoño
Recuerda que si tienes dudas sobre el cuidado de tus plantas puedes contactar con nuestra experta botánica aquí.