El Ciclamen blanco es una planta propia de épocas frías, es una de las pocas plantas que florecen en otoño-invierno.
El Ciclamen (Cyclamen spp.) es una planta de interior y exterior muy apreciada por sus hermosas flores en forma de mariposa y hojas decorativas. Suele ser una planta pequeña, con un crecimiento que alcanza entre 15 y 30 cm de altura. Te proporcionamos información sobre el ciclamen y cómo cuidarlo:
Cómo cuidar tu Ciclamen
Luz indirecta: El ciclamen prefiere luz indirecta brillante. Coloca la planta en un lugar donde reciba luz brillante pero no luz solar directa durante varias horas al día.
Poco riego: Riega el ciclamen de manera cuidadosa para mantener el sustrato ligeramente húmedo, pero no empapado. Evita que la maceta esté en contacto directo con el agua para evitar que las raíces se pudran. Es importante regar desde la base, no sobre las hojas ni las flores para evitar daños.
Floración: florece en otoño e invierno. Si la planta está expuesta a temperaturas superiores a los 16ºC su floración se detendrá.
Temperatura: Es una planta de temporada fresca. Se desarrolla mejor en temperaturas entre 10°C y 18°C. Evita las corrientes de aire frío y los cambios drásticos de temperatura.
Fertilizante: Añadir fertilizante universal justo antes de la floración para ayudar al proceso. Cuando veas que ya hay botones de futuras flores, será momento de fertilizar esta planta.
Poda: Elimina las flores marchitas y las hojas amarillas para fomentar la floración continua y mantener la planta ordenada.
Si quieres cultivar el Ciclamen como planta de interior es recomendable ubicarla en las zonas más frías de la casa, de este modo podremos disfrutar de su floración en el interior del hogar.
* Tóxica en caso de ingesta.