La Tripogandra es una planta de origen tropical que se caracteriza por sus hojas verdes brillantes y sus flores pequeñas y blancas o rosadas. Se puede cultivar tanto en interiores como en exteriores, dependiendo del clima y las condiciones de cultivo. En general, esta planta prefiere temperaturas cálidas y tropicales pero te mostramos a continuación una guía de cuidados fáciles que puedas disfrutar de su vitalidad por más tiempo:
Cómo cuidar Tripogandra
Luz directa o sol: necesita una exposición directa a la luz del sol para crecer saludablemente. Sin embargo, es importante evitar la luz solar directa en las horas más calurosas del día, ya que puede quemar las hojas.
Riego moderado: regar regularmente pero no en exceso. Es importante dejar secar ligeramente la tierra entre riegos para evitar el encharcamiento y la pudrición de las raíces.
Temperatura: la Tripogandra prefiere temperaturas cálidas y tropicales, por lo que es importante mantenerla alejada de corrientes de aire frío y de ambientes demasiado fríos.
Fertilizante: se puede fertilizar cada dos semanas durante la primavera y el verano, con un fertilizante líquido para plantas de interior.
Poda: es recomendable podar la Tripogandra regularmente para mantener su forma y prevenir el crecimiento desordenado. La poda también puede estimular la producción de nuevas hojas y ramas.
La Tripogandra es una planta de fácil cuidado que requiere una exposición directa a la luz del sol, riegos regulares pero no en exceso, humedad alta, temperaturas cálidas, fertilización cada dos semanas, poda regular y vigilancia contra plagas y enfermedades.
* Tóxica en caso de ingesta.