De origen Africano, este Ficus Lyrata que nos recuerda a las higueras por la forma de sus hojas, es una planta de interior ideal si dispones de suficiente luz indirecta. Sus grandes hojas y la envergadura que puede alcanzar dará a nuestra decoración mucha personalidad y ese toque verde que las plantas aportan a cualquier rincón.
Cómo cuidar el Ficus Lyrata
Luz indirecta: el ficus lyrata prefiere una luz brillante indirecta, pero puede tolerar alguna exposición directa al sol durante unas horas al día. Evita siempre el sol directo.
Riego moderado: riégalo cada vez que la capa superior del sustrato se seque al tacto. No permitas que el agua se acumule en la base de la maceta. Le gusta la humedad ambiental así que pulverizar sus hojas con agua un par de veces por semana.
Temperatura: el ficus lyrata prefiere temperaturas entre 16 y 24ºC. Evita las corrientes de aire frío o caliente.
Fertilizante: abona el ficus lyrata una vez al mes durante la primavera y el verano con un fertilizante líquido equilibrado.
Poda: corta las ramas o hojas muertas o enfermas para mantener la planta saludable.
Si ves que sus hojas empiezan a amarillear será un síntoma de exceso de riego.
Si encuentras manchas amarillas en los bordes de la hoja y percibes alguna telaraña en el revés, es síntoma de araña roja que habrá que tratar.